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31 de enero de 2011

"DO" de pecho.

9:00 pm
Un taller en la azotea. Olor a cedro que me recuerda el taller de mi abuelo cuando lo visitaba de niño.
El laudero da los toques finales a una jarana.
Lija los últimos detalles y la barniza. Prepara los agujeros para las clavijas y las cuerdas. ¿Obscuras, blancas o combinadas? me pregunta. Mide distancias para las ranuras de las cuerdas en un pedazo de hueso y queda lista para encordarse. Las coloca y me cuenta un pequeño truco para que queden mejor. Las afina y hace una prueba rápida. ¡Hermoso sonido!
Todo esto en menos de 3 horas.
Ya es tarde y debo irme. Me despido.
Al llegar al coche no puedo esperar a poner en práctica lo que durante meses he practicado "teóricamente" al grado de parecer loquito.
Torpemente mi mano izquierda prepara un "DO" y la hice sonar.
.............
No puedo describir lo que sentí, pero lo sentí en el pecho.
Seria muy largo de contar todas las circunstancias y coincidencias de como llegue a comprar una jarana. Digamos que en resumen, le hice caso al instinto; al corazón.
Creo que lo que sentí fue su forma de agradecerme por haberlo escuchado.